Se atribuye a Aristóteles esta afirmación, lo cual nos sugiere que, de ser ciertamente del filósofo, ya en la antigua Grecia la sociedad criticaba a sus miembros por sus acciones y por sus declaraciones.
Desde entonces hasta la actualidad, y posiblemente antes, las personas tienen la costumbre de juzgar las ideas, los gustos, las preferencias y los comportamientos de las demás, independientemente de su edad, sexo o condición.
Traigo este comentario a cuenta de quienes se esfuerzan diariamente en actuar: hacer y decir, de tal manera que nadie pueda juzgar de manera negativa y criticar sus decisiones, sus gustos, ideas o preferencias.
No podemos evitar las críticas (descargar pdf)